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El concepto de direccionamiento IP como un activo ha surgido relativamente recientemente debido a desarrollos técnicos. Si bien las direcciones IP han sido una parte fundamental de Internet durante muchos años, la agotamiento de las direcciones IPv4 y la introducción de IPv6 han puesto de relieve el valor de las direcciones IP como un recurso.
Las direcciones IP no son propiedad, sino que se gestionan mediante derechos para realizar cambios en los registros. Esto ha dado lugar a un mercado de reventa y alquiler de derechos de gestión de direcciones IP. A pesar de la ausencia de un marco legal claro, se están llevando a cabo transacciones por sumas significativas, lo que plantea implicaciones legales y fiscales inciertas.
Para abordar los desafíos y riesgos asociados con las transacciones de direcciones IP, se ha establecido la plataforma InterLIR. Su objetivo es sistematizar los procesos y proporcionar una base legal y fiscal integral para las transacciones, garantizando la protección de todas las partes involucradas. La plataforma considera las direcciones IP como objetos de derecho, lo que potencialmente abre oportunidades de inversión y resolución.
Las direcciones IP poseen propiedades que las convierten en un valioso activo digital. Su distribución global, valor inherente como parte de un servicio y valor subjetivo similar a las monedas digitales las posicionan como activos potenciales en la economía digital. La plataforma InterLIR busca colaborar con los participantes del mercado y los reguladores para reconocer plenamente el direccionamiento IP como un activo digital.
Las direcciones IP tienen un potencial prometedor en la economía digital. A medida que aumenta la demanda de direcciones IP, especialmente en áreas como Internet de las cosas (IoT) y tecnología blockchain, se espera que su valor aumente. Las direcciones IP pueden identificar de manera única dispositivos y nodos, contribuyendo a una recolección eficiente de datos, autenticación y prevención de fraudes. La transformación de las direcciones IP en un activo digital abre oportunidades de inversión y allana el camino para la innovación en la economía digital.
Alexey Shkittin
CEO